3/02/2009

Aprender a Aprender

Clicker-training a dog.Image via Wikipedia

Introducción

  • Cuántos de ustedes llegan a casa todavía preocupados por las tensiones del día?
  • Con cuánta frecuencia se sienten incapaces de comunicarse con los demás?
  • Cuántas veces a la semana sienten que no hay ni un perro que les ladre?

Déjenme decirles que tengo la respuesta para ustedes «Click» «Click» . Escucharon?

Este sonido que acaban de escuchar es un código secreto. Este código secreto ha sido capaz de abrir un canal de comunicación a un mundo desconocido, un mundo donde la tensión se distiende y donde hay un amigo siempre dispuesto a compartir. El mundo de los perros.

Yo empecé a entrenar a Newton tratando de ser lo que llaman «El macho alfa» de la manada. Es decir, el líder del grupo, el que tenía el poder de recompensar o de castigar. De decirle «Lo hiciste muy bien Newton» o de simplemente obligarlo a obedecer mis ordenes con un tirón firme de la correa.

Fue de esta manera como Newton aprendió lo básico de buenas maneras. Aprendió a andar con correa, a sentarse y echarse. En fin, los modales mínimos que todo perro decente debe conocer.

Sin embargo debo decir que durante ese tiempo nunca me enteré si Newton entendía claramente lo que yo le pedía o simplemente se cansaba de que lo estuviera molestando y cedía a mis demandas para mantenerme contento. En aquel tiempo éramos dos extraños unidos por una correa.

El método

Fue en Internet donde me dí cuenta de que había otra alternativa para entrenar perros. Esa alternativa se llama «Clicker training» y es como un juego de adivinación para los perros, algo así como jugar a «Frió o Caliente» . Claro que para decidirme a trabajar con Newton tuve que leerme un par de libros, pero al final fue muy divertido.

Les voy a platicar con más detalle de qué se trata.

Yo estaba un sábado en casa, cuando decidí que era hora de entrenar a Newton. Me acerqué a él con una bolsa de premios y con el clicker.

Lo primero que hice fue «Cargar el Clicker» . Me acerqué a Newton y al momento de hacer click le dí uno de estos premios, que no eran otra cosa que trocitos de hígado de res seco. Al principio Newton me miraba sin entender por qué le estaba regalando tan suculentos manjares, pero por supuesto que no estaba allí para descifrar mis intenciones. Newton se comió los veinte premios que le dí mientras cargaba el clicker.

Después de esto Newton ya sabía que lo que fuera que yo estaba pensando tenía que ver con el sonido de este aparato.

Puse un premio en mi mano y en cuanto Newton se acercó a olerla hice click y le dí un premio. Me dí cuenta que había entendido perfectamente porque después de darle el premio, de inmediato se acercaba a mi mano, aunque ya no tuviera ningún premio en ella.

Acto seguido empecé a levantar la mano para que Newton la alcanzara. Al principio no supo qué hacer, ya que la mano a la que se acercaba en un principio estaba ahora fuera de su alcance.

Después de unos treinta o cuarenta segundos, se puso exactamente debajo de mi mano y empezó a mirarla. En ese momento dí otra vez click y le regalé un premio. Fue en ese momento cuando vi que una luz de comprensión pasaba por su mente.

Acababa de darse cuenta de lo que yo deseaba de él. Unos segundos después dio un pequeño salto hasta alcanzar mi mano así que, tal como antes, hice click y le dí un premio.

Lo siguiente fue llevarlo a saltar lo más alto posible hasta alcanzar mi mano. Una vez que lo hizo bien, empecé a decirle «Salta» antes de levantar mi mano pero siempre recompensandolo con un click y con un premio. A través de este proceso, los perros asocian la orden con el acto y es entonces cuando podemos ir quitando el resto de los apoyos del aprendizaje: La mano y el clicker.

Después de esto simplemente dí la orden y recompensaba a Newton siempre que saltaba. Cuando logró hacerlo bien, empecé a espaciar las recompensas, es decir el sonido de click y el premio.

Es muy importante que siempre que hagamos click también demos un premio, ya que el sonido del click se convierte en lo que llamamos un refuerzo condicionado. Esto es, el simple sonido del click se vuelve una recompensa para nuestro perro. Es la señal que le dice «Bien hecho, ven por tu premio» .

Comparación

Comparado con otros métodos de entrenamiento, el empleo del clicker no utiliza castigo durante la enseñanza ni tampoco hace uso de lo que los psicólogos llaman el refuerzo negativo, que traducido significa eliminar alguna molestia cuando el perro hace lo que le pedimos.

Críticas

Hay quien dice que los perros que aprenden de esta manera tienen que estar ligados al clicker de por vida. Esto es falso; en la última etapa de cada aprendizaje se vincula la conducta a una frase y se elimina la recompensa proporcionada con el clicker.

Otra queja es que la recompensa es comida. Aún cuando esto es cierto, la comida siempre se ofrece en cantidades minúsculas y cada premio tiene, tradicionalmente, menos de una caloría. Así si entrenamos a nuestro perro en sesiones de 15 minutos y le damos como 50 o 60 premios en ese lapso, apenas habrá comido 60 calorías, que no harían engordar ni a un Chihuahua.

Posibilidades

Este método educativo tiene implicaciones increíbles y los animales tienen capacidades inimaginables.

Algunos ejemplos son gatos con Radio-cámaras que entran a edificios a punto de derrumbarse, delfines que localizan objetos a kilómetros de sus entrenadores, gorriones y otras aves que, mediante el uso de apuntadores láser, pueden volar hasta una ventana de un edificio para tomar una fotografía o incluso gaviotas, que pueden localizar y reportar balsas o personas que se encuentren en alta mar.

8.6 Conclusión

El uso de este código me abrió la puerta también a una mayor comprensión del comportamiento humano.

Cuando me dí cuenta de la manera en la que me comunico con mi perro a través del lenguaje y a través de este aparato me dí cuenta también que no somos tan diferentes.

Si desean comunicarse con los animales fuera de las fantasías de dibujos animados, no lo piensen. Corran y gasten veinte pesos en un clicker y comiencen a descubrir a la persona que es su perro.

Ellos, tal como mi Newton, estarán contentos de adquirir un amigo.

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1 comentario:

Belem dijo...

Wow...como siempre, me has dejado con la boca abierta, muchas gracias por poner algo en tu blog, ya hacía falta...Yo opino lo mismo que tú, que los humanos y los animales no somos tan diferentes como nos hacen creer y la idea de poder comunicarnos con esos seres con los que compartimos el planeta me parece una idea atrevida y fascinante...y ahora solo resta preguntar...¿y donde me compro un clicker?

PD. Te mando un abrazo y muchos saludos, vas a ver que un día de estos te caigo a tu casa a cenar =)